miércoles, 2 de septiembre de 2020

El Hombre Industrializado

 

Cuando comienzas todo es expectativa. Luego aparece la luz y empiezas a entusiasmarte, a tener esperanza.

Te seduce, te atrae, te fascina. Al principio parece mágico. Te hace sentir muy complacido, es más, te hace sentir especial. Todos esos llamativos colores, tan fascinantes, tan sublimes. Todas esas maravillosas formas. Pero la luz te ciega. Y de pronto te das cuenta de que esa hermosa luz no representa la salvación, sino la perdición. Es un producto de la publicidad industrializada para atraerte, para cortar tus alas.

¡Quién lo diría!  así son todos lo vicios. Cómo es que no puedes notarlo. Cómo es que ni siquiera te das cuenta. Entonces ya estás muy atrapado y totalmente inmerso en ese malicioso mundo de confusión. La duda se apodera de ti. Luego viene la ansiedad y ya no puedes recordar por qué llegaste allí.

Es algo asfixiante… Te confundes, te degradas. Te reduces como si fueras una partícula atómica. De manera que inevitablemente pierdes la alegría, el entusiasmo de vivir, y tus alegres sueños se van al abismo.

Es muy triste; primero la decadencia, luego el ocaso. Y cuando la noche llega ya no puedes volver a ver nunca más las luces. Todo se ha oscurecido. Estas completamente solo con tus remordimientos y nadie te quiere ni te puede ayudar. Entonces Te preguntas: ¿por qué me pasan estas cosas si yo todo lo hice bien? ¡Actué como los otros! ¡estaba dentro de los estándares! Escuchaba sus consejos, seguía las tendencias, tenía en cuenta sus opiniones ¿Qué fue lo que hice mal? Lo patético y absurdo es que ya para ese momento difícilmente llegarás a darte cuenta de la simple verdad: que todo tu mundo es un engaño, una maliciosa y burda quimera. Una ingeniosa pero malévola trampa diseñada para exprimirte, para sacarte todo. Nunca se preocuparon por ti, nunca les importaste como persona. Eras solo una pieza del juego, un recurso, un numero para sus estadísticas.  Ahora eres una simple cosa desechable que ya no tiene valor. Es en ese preciso instante cuando te das cuenta de que te tratan como basura simplemente porque ya no les sirves más.

FIN

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